El marco del parque principal de Natagaima hierve al medio día, las fotos que nos muestra doña Clara Inés Cabrera Cortez, de ese mismo parque, tomadas algunas en los años cuarenta, nos confirman que siempre ha sido una población de llanuras ardientes, música y barro.
A dos horas Ibagué por la vía a Neiva, Natagaima es una tierra que nos recuerda cuan inmenso fue en una época el Tolima. Recorrer ese camino al sur evoca al Tolima Grande, cuando el departamento del Huila pertenecía a ese mítico territorio de llanuras ardientes, bañadas por agrestes ríos como el Magdalena.
Natagaima hace parte de esos municipios del Tolima cuyo nombre terminan en ima, que significa en dialecto indígena territorio, y que cuenta con una amplia población nativa en sus tierras. Es también territorio donde se ha luchado por tierras ancestrales y un municipio muy reconocido por la música, Cantalicio Rojas compuso lo mejor de su repertorio a la sombra del cerro de Pacandé.
La señora Clara Inés nos muestra en una foto a una pareja el día de su matrimonio, son sus bisabuelos; narra como el día de esa boda, una gran alfombra fue puesta desde la puerta de la casa, la cual aún ocupa la familia en el marco de la plaza principal, hasta el atrio de la Iglesia, reafirma que su familia fue una de las fundadoras del municipio y que su línea puede trazarse hasta los primeros españoles que aprovecharon el río Magdalena para llegar tan al sur.
Con nostalgia por tiempos de grandeza que se fueron, nos narra con emoción: épocas de trenes con vagones repletos de Natagaimunos que salían del municipio con destino a la costa, para trabajar en la recolección del algodón; de cómo regresaban meses después inundando con guitarras, cajas, guacharacas y ritmos vallenatos las calles de la población, nos cuenta que ese es el origen del festival de música vallenata en la vereda Velú, que es un cabildo indígena de Natagaima.
La casa de la familia Cortez permanece como una sobreviviente de incendios, el tiempo y la modernización arquitectónica del municipio, se siente que es una familia orgullosa y arraigada, que guarda muy buen los recuerdos de la familia, vinculada a la historia del municipio y resguardan un importante tesoro, que son las fotografías que narran la historia de su familia, que es la historia de Natagaima.